Prisión de Juguetes
entrada de Javier López Clemente a las
00:14
domingo, agosto 05, 2007
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9 comentarios:
Hola corneomirón.
Si triste es contemplar los "juguetes" quietos, estáticos, en medio de la nada, más triste es verlos a través de la valla que los aprisiona.
Muy bien escogidos los efectos del slide para potenciar todavía más ese ambiente decadente. Saludos.
Hola tenteenpie ;-)
Las fotos están tomadas cerca de Cadaques durante el pasodo invierno, no sabía muy bien como mostrarlas hasta que me he dado de bruces con el slide ¡¡¡vaya herramienta!! que me temo va a aparecer más veces en esta bitácora.
Gracias por los elogios que no se merecen y nos vemos.
Salu2 Córneos y corneomirones.
Ciertamente, verlos detrás de esa valla producen cierto escalofrío, cierta sensación de pérdida, de olvido, de estremecimiento. Quizás, porque con ellos queda atrapada la infancia ¡Glup! que mal rollo!
Conozco ese lugar, si. Está llegando a Rosas, nosotros hemos estado los dos últimos veranos allí.
A Daniel le encantaba pasar sobre todo por ver el gorila tobogán ese.
A mí grimica me da si señor.
Supongo que de vez en cuando los limpiarán...cuando salgan a "actuar"..si salen, claro.
Curioso eso del Slide, si.
Besos
Hola closada.
Más escalofrío produce pensar que nuestra infancia también la dejamos encerradita, ¿no te parece?
A mi me pasa cada vez con más frecuencia... ¿dónde esta aquel zagal? esa pregunta me lleva a mal traer.
Salu2 Córneos.
Hola Lamima
¡Bingo! Curva a la derecha con rasante y zas, te lo encuentras con cara de trsiteza, pese a las sonrisas.
A mi me gusta pensar que por las noches se reunen todos en torno a una mesa para cenar y comentan las jugadas del día, la intensidad del tráfico y la subida de temperaturas.
Salu2 Córneos y besos.
Querido Javier,
Te olvidas de una cosa: el desarrollo, por lo general, es evolución, lo cual no quiere decir que conlleve a la extinción. Por lo tanto, la infancia no ha de permanecer encerrada, sino que, aunque disminuye, queda libre. Pero, eso sí, hay que saber disfrutarla y percatarse de ella cuando hace acto de presencia. Así, no te dará tanto mal esa pregunta de ¿dónde está aquel zagal?
Quillo, el zagal permanece, aunque no como antes, sino con aprendizajes nuevos. Además, a veces, nos cuesta más dejarnos llevar por esa parte de niño/a que permanece en nuestro interior, esa que nos hace maravillarnos de cualquier nimiedad (me sigue pasando), que quiere tener un porqué de las cosas, que juega con las piedras... Vaya, me sigue pasando todo eso. En mi caso, aparece muchas veces, jajajaja, por eso estoy tan jodidamente chalado, jejejeje.
Besos
Hola Closada.
Es cierto todo lo que dices, pero yo no busco a ese zagal "evolucionado", a ese ya lo reconozco en muchas cosas o cosillas, yo no quiero a ese niño grande, evolucionado y a la postre maniatado por la responsabilidad adulta.
A mi me gustaría encontrarme con el zagal en bruto, sin pulir, con el corazón a cien por hora pedaleando cuesta abajo y con un tomate robado en el zurrón, a ese zagal que llegaba el prmero a la fuete la morera para ceder el turno a su chica, y ella, sonrosada por la carrera, bebía y él bebía después y eso era lo más cercano a un beso hasta que el beso llegó y... volteretas.
Salu2 Córneos.
Ah, pero el que pides también está, sólo hay que dejarse llevar... Quizás en el asunto de chicas no, pero en otros ámbitos sí, ya verás ya...
¡Tachán!
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